¿Sabes que fotos de navidad recordarán tus conocidos?
Convierte tu Navidad en una sesión que parece sacada de una revista sin posar y sin preocuparte. Si tú perro no se porta bien, la repetimos gratis.
Llegas cansada del trabajo.
Abres la puerta y, como siempre, tu perro te mira y te hace fiestas.
Él sabe que, aunque no digas nada, es lo más importante del mundo para ti.
Descansas un rato.
Todavía no sabes qué harás en Navidad.
Son fechas tan bonitas como estresantes: regalos, comidas, compromisos, prisas.
Te levantas, coges el móvil y le haces unas fotos graciosas al perro.
Intentas ponerle un gorrito de Navidad, unas orejas de reno…
Pero no hay manera. No se queda quieto, las fotos salen movidas, y cuando por fin consigues una, no te convence.
Piensas: “A lo mejor si me hago una con él…”
Te la hacen (si es que alguien consigue hacértela), la miras y…
No está mal. Pero no te gusta.
No te ves bien.
Y sabes que no la vas a enseñar cuando, en las comidas navideñas, todos empiecen a sacar sus móviles para presumir de las fotos hechas en un estudio profesional.
Entonces te planteas ir tú también a uno.
Sabes que tu familia se lo merece.
Pero algo dentro te dice:
¿De verdad quiero las mismas fotos que todos?
¿El mismo fondo, la misma pose, la misma sonrisa de catálogo?
Ya te jodería.
Pudiendo tener algo que nadie más tiene.
Una sesión diferente.
En la playa.
Con un decorado navideño preparado solo para vosotros.
Una manta sobre la arena, un árbol de navidad a vuestro lado, y el atardecer poniendo el broche al día mientras se escucha el mar.
Ahí no hay focos fríos ni “sonríe a la de tres”.
Solo tú, tu perro y una luz dorada que no se puede fingir.
Y lo mejor de todo…
La cara de la gente cuando vea las fotos.
Porque no van a ser las típicas fotos de Navidad.
Van a ser esas fotos: las que nadie se espera ver.
Las que hacen que las de los demás —esas de estudio, tan iguales, tan predecibles— se queden cortas.
Muy cortas.
Todo eso que acabas de imaginar no es un anuncio de colonia.
Es exactamente lo que puedes vivir este año.
Una sesión de Navidad distinta, real, donde tú y tu perro sois los protagonistas.
Una sesión fotográfica en la playa de La Cañada del Negro (Águilas) donde nadie nos va a molestar, al atardecer.
Sin poses forzadas, sin estudio, sin prisas.
Solo tu perro, tú y una luz que no se puede fabricar.
Incluye:
– Todas las fotos que sean necesarias
– El tiempo necesario para tú familia.
– Escenografía navideña preparada en la arena (manta, árbol, etc)
– 5 fotos impresas en tamaño 15×20.
Garantía:
Si tu perro no se porta bien o no conseguimos la foto que te emocione, repetimos gratis.
En una sola tarde tendrás fotos que parecen sacadas de una revista.
De esas que la gente mira y piensa: “¿Dónde han hecho eso?”
Tú solo disfrutas. Yo me encargo de que todo esté preparado: el decorado, la manta, la atmósfera.
Eso no es todo, te llevas dos bonus:
- Guía digital de estilo navideño: cómo elegir la ropa ideal según el mensaje que quieras transmitir y el color de tu perro. Olvidate de complicarte la vida eligiendo ropa.
- Un ebook con la mentalidad práctica para salir natural sin estrés en todas las fotos que te hagas con tu perro a partir de ahora.
Además las primeras 3 reservas se llevan además una felicitación digital personalizada.
Y si tu perro se distrae o no sale bien…
la repetimos gratis.
Todo esto por 180 €. Hasta el día 20 de octubre, después pasará a costar 230€.
Una experiencia completa, con un valor real de más de 360 €.
En una tarde, vas a conseguir todas las fotos necesarias para hacer la navidad única junto a tú perro, sin que tengas que pensar en nada, solo tener ganas, nosotros nos encargamos del resto.
El siguiente paso es pagar la reserva de 50€ que se descuentan del precio final para empezar a trabajar juntos y ver tu mejor fecha.
Menos de lo que cuesta una cena de Navidad…
pero con un recuerdo que no se borra ni cuando apagues las luces del árbol.
Solo hay 8 plazas y las fotos se harán en noviembre, para tenerlo todo listo en navidad. Si no reservas antes del 20 de octubre, te pierdes los bonus y seguramente el poder hacerla en fin de semana.
No es para mi quiero regalar.
Escríbenos y preparamos una tarjeta regalo digital personalizada
para que sorprendas a quien más quieres con algo que no se compra en tiendas:
una tarde que se convierte en recuerdo para toda la vida.
Antes de irte, quiero que sepas algo.
No tienes que saber posar.
No tienes que preocuparte por si tu perro se distrae.
No tienes que saber qué hacer.
Solo tienes que venir.
Yo me encargo de que esa tarde sea mágica,
y de que cuando veas las fotos, pienses:
“Esto sí somos nosotros.”